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Los arrepentimientos del Gobernador

Programa de Restauración y Estudios Contextuales del Laboratorio de Pintura

Los arrepentimientos del Gobernador

Publicado el 02/10/2013
Los arrepentimientos
En marzo del presente año el Museo Histórico Nacional solicitó la restauración de una obra que se encontraba en exhibición permanente, debido a que presentaba algunos deterioros que requerían ser intervenidos. A través de los análisis por imagenología científica y de un estudio histórico e iconográfico del "Retrato del Gobernador Antonio García Carrasco", perteneciente a la serie de los Gobernadores del Museo, ha sido posible develar parte de su proceso de creación. En septiembre de 1873, el intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna, inauguró la Exposición Histórica del Coloniaje, iniciativa que promovió personalmente. Debido al éxito de esta muestra, el Intendente propuso la creación de un museo histórico en el castillo Hidalgo del cerro Santa Lucia, el que abrió sus puertas un año después, en 1874.

El nuevo Museo Histórico, fue creado a partir de donaciones, entre los que se encontraba la recreación de una serie de retratos de los Gobernadores del Reino de Chile. La serie original estaba en el Salón de Honor del antiguo Palacio de los Gobernadores, en la Plaza de Armas, y contaba con más de sesenta retratos de gobernadores, desde el fundador de la ciudad de Santiago, Pedro de Valdivia. Esta serie fue destruida por el pueblo de Santiago luego de enterarse del triunfo del ejército libertador en la batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817.

La nueva serie fue recreada por voluntad de Vicuña Mackenna y pintada por diferentes alumnos de la Academia de Pintura, quienes utilizaron como base los retratos de varios de estos Gobernadores, convertidos en virreyes posteriormente, localizados en la ciudad de Lima, como también antiguas estampas y miniaturas. En el caso del retrato del Gobernador Antonio García Carrasco, corresponde a una recreación historicista del personaje realizada por Virginia Bourgeois, según antecedentes bibliográficos ya que esta obra y la serie pictórica no están firmadas, quien lo representó con un seño adusto y sentado en una posición desmedrada, siguiendo la interpretación de los historiadores nacionales, quienes en el siglo XIX juzgaron a García Carrasco como un "hombre torpe y obstinado, mandatario e irresoluto", según aparece en la cartela inferior de la obra.

Una vez ingresada la obra al Laboratorio de Pintura del CNCR, se le realizaron una serie de análisis por imagenología tales como fotografía de fluorescencia visible inducida por luz UV (Imagen 2), y Reflectografía y Transmitografía IR (Imagen 3), en función de conocer algunas características de la técnica pictórica, evidenciar y delimitar intervenciones anteriores, determinar si la cartela de la parte inferior había sido incorporada posteriormente y por lo tanto tapaba parte del personaje, además de identificar posibles dibujos y arrepentimientos del artista.

El resultado de estos análisis fue la puesta en evidencia de múltiples intervenciones anteriores, solo algunas de ellas observables a simple vista y las cuales la luz UV entregó la primera información. La Reflectografía y Transmitografía IR, además mostraron con claridad los límites de los resanes y de las reintegraciones cromáticas aplicadas en estas intervenciones anteriores(Imagen 4). También revelaron la presencia de un jarrón que originalmente era parte de la composición de la obra y que, por motivos desconocidos, fue tapado en alguna intervención posterior (Imágenes 5 y 6). Este jarrón se puede ver en la fotografía de la obra que aparece en el Álbum del Cerro Santa Lucía del año 1874 (Imagen 7).

Los análisis por medio de radiaciones IR también develaron diversos arrepentimientos del artista, tales como cambios en la postura del personaje retratado, el cual presenta diversas líneas tanto en su hombro izquierdo el que inicialmente parecía estar más alto y recto que lo que se aprecia actualmente con luz visible (Imágenes 8 y 9); el codo derecho y las rodillas se encontraban dispuestas unos centímetros más hacia la izquierda (Imagen 10); la cabeza también sufrió cambios en su pelo, observándose un mayor volumen o posiblemente algún sombrero que la cubriera(imágen 11); de igual modo ocurre con la banda de color rojo que luce el personaje, la que pareciera haber sido levemente más ancha de lo que se aprecia a simple vista (Imágenes 8). El sillón en el cual se encuentra sentado el retratado tiene varias transformaciones, la Reflectografía IR muestra un respaldo mucho más alto al que se aprecia con luz visible, sobrepasando la cabeza del personaje y con un diseño y tallados diferentes; inicialmente tampoco tenía brazos, los que se incorporaron posteriormente (Imágenes 8 y 13). Este arrepentimiento que se aprecia en el sillón, habla de un cambio en el modelo de referencia utilizado por la artista, la que finalmente podría haber tomado para tales efectos un sitial perteneciente a un juego utilizado por los primeros magistrados de la república, perteneciente a la colección del Museo Histórico Nacional (Imagen 13).

También fue posible responder la interrogante de si el retrato ocupaba la totalidad del espacio, y la cartela se encontraba cubriendo la parte inferior de este, ante lo cual se logró establecer que la obra inicialmente se encontraba pensada del modo en la que se observa actualmente, que la cartela fue realizada ex profeso con un fin educativo y no cubre parte del personaje (Imágenes 14 y 15).

Los arrepentimientos visibilizados a través de estos análisis, dan cuenta de un proceso de creación de una obra de carácter académico, pero realizado por una alumna de la Academia de Pintura y no de una artista consolidada, de las dudas, certezas y de los modelos seguidos para la realización de esta obra. Esta investigación en proceso abre interrogantes sobre materialidades y técnicas pictóricas durante el siglo XIX en Chile.

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