Durante 12 semanas, de septiembre a diciembre de 2021, Mónica Pérez, conservadora-restauradora de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV) del Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) participó en curso para aprender la técnica de reentelado mist-lining. Este taller virtual piloto fue dictado por profesionales de The Stichting Restauratie Atelier Limburg (SRAL), ubicado en Maastrich, Holanda.

Las instructoras del curso fueron Kate Seymour, Jefa de Conservación de SRAL y Coordinadora del proyecto, y Joanna Strombek, Conservadora de la misma institución.

Este curso virtual fue realizado con el apoyo de la Fundación Getty y su iniciativa Conserving Canvas, cuyo objetivo es la conservación de pintura sobre tela, específicamente en lo relacionado  con la transmisión del conocimiento y las habilidades técnicas requeridas para intervenir una pintura sobre tela.

La técnica de mist-lining fue desarrollada por Jos van Och en SRAL, basada en el método de reentelado en frío desarrollado en los años 70 por el  conservador-restaurador indio Vishwa R. Mehra.

Su nombre viene de la forma en que se aplica el adhesivo a la tela de reentela, como spray, formando pequeños pelillos que luego se adhieren a la tela original mediante la utilización de vapores de solvente y muy baja presión. Es una técnica de reentelado mínimamente invasiva que tiene muchas ventajas con respecto a las utilizadas con anterioridad a la década de 1970. Similar a la gacha o la cera-resina: no se aplica adhesivo a la tela original; no es necesario velar las pinturas; la adhesión es suave y superficial, por lo que es fácilmente reversible; no produce cambios físicos ni químicos en la estructura de la obra, ya que el adhesivo no se impregna en la tela; se puede utilizar en obras intervenidas con anterioridad con materiales como la cera-resina, que no es compatible con otros adhesivos; no se modifican los relieves de la pintura, como los empastes; se puede realizar en obras de grandes dimensiones; los materiales que se utilizan son de bajo costo y de fácil acceso. Como se ve sus ventajas son  considerables.

El taller consistió en reuniones sincrónicas semanales donde se presentaba cada etapa del proceso, se aclaraban dudas y se explicaban las tareas a realizar, y posteriormente cada participante realizaba prácticas personales para comprender y ejercitar lo aprendido cada semana. Antes de comenzar el curso, cada participante recibió un kit con los materiales necesarios para ejecutar las tareas asignadas.