Este primer semestre tres de nuestras conservadoras estarán dictando clases en programas de formación académica: Pricilla Barahona A., jefa de la Unidad de Patrimonio Construido y Escultórico (UPCE), lo hará en el Magíster Intervención del Patrimonio Arquitectónico (Universidad de Chile), con el curso “Teoría e Historia I”; Valeria Godoy T., encargada de Programas de la Unidad de Ciencias de la Conservación (UCC) dictará el curso “Ciencias y Tecnologías aplicadas a la Conservación I y II” que es parte del Magíster en conservación y restauración de objetos y entorno patrimonial (Universidad Finis Terrae); y por último Anita Anselmo G., encargada de Laboratorio (I) de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV), dictará dos cursos: “Taller de conservación y restauración de papel“, también del Magíster en conservación y restauración de objetos y entorno patrimonial y “Teoría de la Conservación y Restauración”, parte de la malla curricular del Diplomado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales Tridimensionales; Cerámica y Madera (Universidad Alberto Hurtado).

Se debe destacar que la formación profesional en la disciplina de la conservación-restauración en Chile se inició de manera auspiciosa el año 1984 con la creación del Programa de formación de restauradores profesionales en Chile Dibam-UC. Sin embargo este alentador inicio, al que siguió la creación de varios programas de formación técnica y profesional, así como también diplomados, postítulos y posgrados, se ha visto truncado con la desaparición de los programas de pregrado.

La formación profesional es uno de los pilares del CNCR, así se menciona en nuestra misión institucional: “Contribuir a la protección, recuperación y valoración del patrimonio, mediante acciones de documentación, investigación, conservación-restauración y transferencia de conocimientos entre instituciones y personas, para salvaguardar la  diversidad y sustentabilidad de los territorios, sus memorias e identidades”, asimismo es parte de los objetivos estratégicos: a) Potenciar capacidades técnicas y  el desarrollo  de competencias a entidades y personas encargadas del resguardo del patrimonio y, b) Ampliar competencias y conocimientos especializados del capital humano avanzado encargado de la intervención y estudio del patrimonio, y por último, como una función de nuestro quehacer: “Proporcionar servicios de capacitación que fortalezcan competencias”.

Si bien el CNCR tuvo un rol activo en el inicio de los programas de pregrado, participando de forma directa en el programa de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) hasta 1994, e indirectamente en el mismo programa, desde 1994-2008; y en el Programa de la Universidad Internacional SEK (SEK): 1992-2014; ambos ya no existen, pero sin duda los profesionales egresados tanto del programa de formación de la UC como de la SEK, han constituido un soporte fundamental para el posicionamiento y desarrollo de la disciplina en el país y han contribuido significativamente a incrementar la cobertura de los proyectos orientados a la protección y puesta en valor del patrimonio cultural, como indicaba el 2003 nuestra actual directora Roxana Seguel Q.

De acuerdo a la ponencia “La formación de conservadores-restauradores en Chile, estado actual y proyecciones futuras” presentada por Angela Benavente C., jefa (I) de la Unidad de Patrimonio de las Artes Visuales (UPAV) en el “VI Encuentro Luso-Brasileiro de Conservación y Restauración Conexiones 2021" se observa que la oferta actual se centra en formaciones generales en una amplia gama de tipologías de bienes patrimoniales, muchos de los que repiten formatos, temáticas y abordajes, que no dan cuenta de los cambios que han tenido el patrimonio cultural y su conceptualización, por lo tanto, la forma de abordar su intervención.

El desafío que enfrenta la disciplina de la conservación-restauración es por lo tanto la actualización de su formación y la adecuación de los formatos de enseñanza a la realidad actual que vive el país. En este contexto el CNCR, como institución pública tiene un rol fundamental en el escenario de la nueva institucionalidad cultural del país, por lo que ya está trabajando en esta línea. Mientras se espera el resultado de este trabajo, nuestras profesionales contribuyen a potenciar las capacidades técnicas y desarrollar las competencias —siempre con una visión crítica y prospectiva de la disciplina—, de quienes serán los nuevos profesionales responsables de salvaguardar nuestro patrimonio.