CNCR restaura sismogramas del 11 de septiembre de 1973

Este acto, realizado el jueves 29 de mayo, se enmarca en un convenio entre la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, el Departamento de Geofísica y el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), mediante sus instituciones: el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR) y la Biblioteca Nacional de Chile (BN). La iniciativa busca rescatar, conservar, digitalizar y difundir los registros sísmicos históricos de Chile, poniéndolos a disposición del público y la comunidad investigadora. La ciencia registra la historia: una firma sísmica del 11 de septiembre Este conjunto de sismogramas, registrados por un sismómetro Teledyne Geotech ubicado a solo 2 kilómetros de La Moneda, permitió identificar una “firma sísmica” única del 11 de septiembre de 1973. Los documentos evidencian patrones sísmicos que corresponden a distintas fases del día: el movimiento habitual por el inicio de la jornada laboral, la conmoción generada por la intervención militar, el bombardeo del palacio presidencial, y la posterior quietud impuesta por el toque de queda. El análisis reveló una drástica reducción del ruido antropogénico (vibraciones generadas por la actividad humana) tras la instauración del toque de queda, permitiendo observar con más claridad los movimientos del subsuelo. Así, estos registros, originalmente destinados a estudiar terremotos, también captaron la vibración social de uno de los eventos más traumáticos de la historia de Chile. La integración de estos datos con archivos históricos del Museo de la Memoria ofrece una mirada novedosa y transdisciplinaria para reconstruir los hechos desde una perspectiva científica, técnica y humana. Los sismogramas no solo narran un fenómeno físico, sino también un quiebre social. El rol clave del CNCR: restaurar para preservar la memoria científica Cuando fueron redescubiertos en 2023, los sismogramas se encontraban en estado delicado debido a condiciones inadecuadas de almacenamiento, lo que compromete seriamente su conservación a largo plazo, considerando la naturaleza frágil del soporte. Si bien no presentaban daños estructurales como dobleces marcados, rasgaduras o pérdidas de material, sí mostraban suciedad superficial y un alto riesgo de deterioro por manipulación inadecuada y exposición a fuerzas físicas. Gracias a una postulación a los Servicios de Asistencia Técnica 2024 del CNCR, el material fue incorporado a un riguroso proceso de conservación liderado por la Unidad de Patrimonio Gráfico y Documental (UPGD), junto a la Unidad de Documentación Visual e Imagenología (UDVI). El tratamiento comenzó con un diagnóstico detallado, seguido de un plan de intervención diseñado a medida de esta colección. “Nos centramos en estabilizar los soportes de papel y rescatar su valor documental e histórico. Esto implicó limpieza superficial, la elaboración de sobres para su correcta manipulación, la confección de carpetas para almacenar cada sobre, y la creación de un contenedor especial para la conservación del conjunto a largo plazo”, explicó Claudia Pradenas, jefa de la UPGD del CNCR. El trabajo requirió técnicas especializadas y el uso de materiales de conservación, con el objetivo de garantizar la integridad física de cada documento sin alterar su autenticidad histórica. “Este esfuerzo representa un hito significativo”, señaló Bernardita Ladrón de Guevara, directora del CNCR. “Fomenta la colaboración transdisciplinaria e interinstitucional y refuerza nuestra misión de proteger y valorar el patrimonio científico, histórico y cultural, un deber ineludible con las futuras generaciones”, pues estos documentos originalmente creados para monitorear terremotos, hoy también permiten “leer” la historia desde el suelo. Un acto simbólico y profundo Durante la ceremonia de donación, diversas autoridades destacaron el valor técnico y simbólico de estos registros. Sergio León Ríos, sismólogo e investigador del Advanced Mining Technology Center (AMTC), de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, relató cómo estos documentos fueron hallados justo días antes de la conmemoración de los 50 años del Golpe, y cómo su rescate coincidió con la convocatoria del CNCR, permitiendo su inclusión en el plan operativo anual de intervenciones de conservación. Sergio también expuso ante los asistentes la lectura visual de los sismogramas, donde es posible observar los cambios en la actividad sísmica a lo largo del día 11, destacando los llamados “silencios sísmicos” como una representación física de la inmovilidad social impuesta. Más información la pueden encontrar en el artículo publicado por Sergio y otros autores “Decoding the Narrative of the Chilean coup d’état Through the Seismograms of September 1973” en la revista Seismological Research Letters (2025) 96 (2A): 1181–1193. La directora ejecutiva del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, María Fernanda García, cerró la ceremonia destacando que estos documentos son un puente entre la ciencia y la memoria, y una herramienta valiosa para las nuevas generaciones. La firma oficial de la donación selló el traspaso patrimonial de estos documentos, que ya forman parte del acervo del Museo. Memoria digital y pública Los sismogramas digitalizados estarán disponibles a través de la Dirección de Servicios de Información y Bibliotecas (SISIB), de la Universidad de Chile y en el portal Biblioteca Nacional Digital, democratizando el acceso a esta información y descentralizando el conocimiento. Investigadores, docentes, estudiantes y ciudadanía podrán acceder a estos registros y explorar su valor tanto histórico como científico. Este proyecto marca un precedente en la forma en que los datos científicos pueden integrarse a los procesos de memoria y patrimonio. Chile no solo es un país sísmico por naturaleza, también por historia, y estos registros permiten leer ambas capas del relato nacional. Preservar estos documentos no es solo proteger evidencia física, es también construir puentes entre disciplinas, tiempos y memorias, y reafirmar que la ciencia también tiene un rol fundamental en la comprensión de nuestro pasado. En nuestro sitio web, en la sección “Estudios” se encuentra disponible el contenido "Sismogramas: recuperando la memoria colectiva, conservando la historia", en el que se muestran las acciones de conservación-restauración realizadas a un grupo de sismogramas de los terremotos de: Valdivia de 1960; Punta Arenas de 1949; Calama de 1950; Taltal de 1966, La Ligua de 1971 y Taltal (1966). Se espera que en el futuro se pongan en valor más sismogramas, beneficiando a investigadores, educadores y al público en general, interesados en la historia sísmica de Chile.
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