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Intervención obra "Homenaje a Gabriela Mistral"

Análisis iconográfico

Como bien se detalla en la descripción, la obra se basa en una representación de un busto escultórico de la poeta Gabriela Mistral, primera mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1945. 

Responde a un busto conmemorativo y de forma clásica. El rostro aparece serio, tranquilo, concentrado con una mirada frontal y distante; los ojos aparecen sin detalle pupilar, como una mirada hacia la eternidad. Es una representación figurativa de Gabriela Mistral donde aparecen sus rasgos reconocibles que permiten la identificación de manera inmediata. Constructivamente, presenta una base desde donde emana el torso parte esencial del busto, sobresaliendo impetuoso para permitir la aparición del rostro. 

La cabeza escultórica si bien proporcional al busto, se observa de forma ligera más alargada en contraste con el cuerpo, donde el cabello se exhibe de manera simple, corto, sin grandes detalles, con un volumen que emite un peinado hacia atrás llegando hasta el cuello y sin adornos. El rostro es alargado, con facciones marcadas, cejas predominantes y arqueadas, nariz puntiaguda y grande, y expresión severa. 

Dentro de la representación visual de Gabriela Mistral, la autora Claudia Cabello-Hutt (2015) menciona que “muy poco se ha analizado la imagen de Mistral entre 1905 a 1922, concentrándose la atención más bien en el periodo posterior a su salida definitiva de Chile” (p. 164), haciendo alusión a la poeta, la maestra de América, la pensadora, sin embargo en los últimos años, se ha realizado estudios donde su representación va más allá de la imagen misma, sino que se refleja en una narrativa de imagen pública intelectual que incluye “su poder cultural, su identificación con la nación y su capacidad de convocatoria” (Cabello-Hutt, 2015), por lo que Mistral se esfuerza en sus inicios en construir una imagen pública que le genere el espacio en el mundo literario y su carrera pedagógica. 

Laura Rodig produjo una serie de bocetos, pinturas, moldes y esculturas asociadas a Gabriela Mistral, buscando en su trabajo retratarla desde su perspectiva como una figura “en plenitud […] sentada, reconcentrada, grande y majestuosa siempre” (Rodig, 1951). En tanto Valdebenito (2023) señala que la artista una y otra vez volvía a la imagen de la poeta intentando “recobrar la corporalidad de la maestra-madre” (p. 470), representándola siempre monumental en sus esculturas.