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Visibilizando el Patrimonio mural de Chile

El desafío de su conservación

Visibilizando el Patrimonio mural de Chile

Publicado el 06/08/2025
Visita técnica al mural El primer gol del pueblo chileno
Visita técnica al mural El primer gol del pueblo chileno (1971) de Roberto Matta, en el marco de la asesoría de este año para la entrega de recomendaciones de mantención del mural al Centro Cultural Espacio Matta (Carrasco, M. 2025. Archivo Serpat).
El mural Terremoto nos recuerda la importancia de cuidar y valorar nuestro patrimonio mural, pero también nos hace pensar en otros murales que se encuentran en riesgo, por lo que debemos fortalecer su protección para preservar estas obras únicas para las futuras generaciones.

La pérdida del mural Terremoto (1958) obra del artista nacional Nemesio Antúnez, ha remecido al mundo del arte, del patrimonio y a la ciudadanía en general. Es doloroso constatar la pérdida de este importante patrimonio, sin embargo, el fuego no es la única amenaza que se cierne sobre este tipo de expresiones artísticas que constituyen parte importante del patrimonio nacional.

El arte mural se ha desarrollado en nuestro territorio desde tiempos prehispánicos, si consideramos el denominado arte rupestre, y durante el periodo colonial este fructificó en las iglesias como parte del programa de evangelización, del que hoy quedan importantes representantes en las iglesias del norte de Chile.

Este tipo de expresión volvió a tener un auge a inicios del S. XX con la instalación de la cátedra de murales por parte de Laureano Guevara en la Universidad de Chile, reforzándose con la llegada de David Alfaro Siqueiros en los años 40 para pintar, junto a Xavier Guerrero y la colaboración de artistas nacionales, los murales de la Escuela México de Chillán. Posteriormente, tras el terremoto de 1960, surgió una nueva ola de muralistas en el Biobío, consolidando la tradición.

Hoy vemos su continuidad en diversos proyectos como los desarrollados por la Comisión Nemesio Antúnez, MetroArte y otras instituciones como la Mutual de Seguridad, que desde los años 70 ha incorporado este tipo de obras en sus centros de salud. En paralelo a estas iniciativas, también desde los años 60 en adelante, una importante expresión muralista se ha desarrollado en el espacio público, desde las brigadas muralistas como Ramona Parra, Elmo Catalán o Cecilia Magni entre otras, hasta las expresiones de arte urbano como los museos a cielo abierto de Valparaíso, San Miguel, Renca y tantos otros que llenan de color el espacio urbano.

Sin embargo, al contrario de lo que se pueda pensar, este es un patrimonio vulnerable, amenazado no solo por incendios, también por la propia sismicidad de nuestro territorio, por la censura política, por la presión inmobiliaria y por sobre todo, por el desconocimiento y el olvido.

La pérdida del mural Terremoto es una dolorosa llamada de atención. Pero la lista de obras desaparecidas es larga, incluyendo creaciones de artistas como Julio Escámez (Concepción y Lota), Nemesio Antúnez (Coronel), Virginia Huneeus (Ñuñoa), Pablo Burchard Aguayo (Concepción) a las que se suma la del mexicano Xavier Guerrero, demolida junto al edificio del Hogar Social del Hipódromo Chile, han sido algunas de las obras del patrimonio mural perdidas a través de los años.

El mural de Héctor Robles Acuña, Alegoría al esfuerzo humano, estuvo en riesgo de insertarse en este listado. Ubicado en el demolido edificio del Palacio de los Deportes de Talcahuano, permaneció sin protección, perdiéndose poco a poco hasta que sus vestigios fueron rescatados y reinstalados al interior de hall de acceso del nuevo Palacio del Deporte.

Otros murales se encuentran actualmente en un estado crítico:

  • El mural de Pedro Lobos y Elsa Urzúa realizado para el Hospital de Campaña de Valdivia con posterioridad al terremoto del año 60 hoy está desmantelado, cortado y almacenado en el Parque Saval esperando su reinstalación en algún espacio público.

El factor común en la mayoría de los casos es el desconocimiento de la existencia de este patrimonio y del valor que este tiene. Un levantamiento que está realizando el CNCR, al que se suma el proyecto Fondecyt El imaginario modernizador del muralismo en Chile (1929-1973), desarrollado por el académico Rodrigo Vera, muestran la existencia de más de 150 murales.

Este catastro aún no considera los murales ejecutados en el marco de la Comisión Nemesio Antúnez, que suman más de 60, como tampoco los de MetroArte con más de 80 obras. Falta mucha información por levantar, por ejemplo, los murales del ámbito religioso, un área no explorada de manera sistemática, y los que a diario aparecen en nuestro espacio urbano. Este patrimonio es enorme y lo desconocemos por completo.

 

Un futuro para el patrimonio mural chileno

Frente a este escenario, el CNCR ya trabaja desde hace varios años. Hoy mediante sus Unidades de Patrimonio de las Artes Visuales y de Patrimonio y Territorio, se ha propuesto una tarea fundamental: visibilizar y proteger este vasto legado.

Uno de sus proyectos clave es la creación de un catastro georreferenciado que permita conocer y difundir el patrimonio mural de Chile. Esta iniciativa no es solo un inventario, es el primer paso para documentar su estado de conservación y, a partir de ahí, definir las urgencias de intervención.

En otro ámbito y para generar conciencia, el CNCR ha realizado ciclos de conversatorios como los "Encuentros frente al mural", donde especialistas de diversas áreas han abordado el valor de estas obras y los desafíos de su conservación. Estos diálogos han servido para compartir conocimientos y fortalecer el vínculo de la comunidad con este importante patrimonio.

Hasta la fecha, se han realizado al menos tres de estos encuentros, los que han profundizado en distintas facetas del muralismo en Chile:

Estos conversatorios, que se han transmitido a través del canal de YouTube del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) y de Inacap —en el caso de Venturelli— son parte de una estrategia más amplia del CNCR para contribuir al fortalecimiento del vínculo con la comunidad y a visibilizar la importancia del patrimonio mural, promoviendo su cuidado y valoración colectiva.

El trabajo del CNCR es un esfuerzo institucional crucial, pero que requiere además una mirada global. Su objetivo final es impulsar la creación de una Política Nacional de Conservación del Patrimonio Mural que involucre a instituciones públicas y privadas, garantizando así que estas obras de arte no se pierdan en el olvido.

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